Por: Jennifer Murcia Olaya
Las
historias bien contadas son las que mejores espectadores tienen, y la que
desarrolla el Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, casi que se equipara con
la novela del ex presidente Uribe. El amor y odio que lo lleva de lo claro a lo
oscuro con los bogotanos se rige por las políticas que ha desarrollado y muchos
no reconocen, pero también por los claros errores de los que todos hablan.
Desde
su posesión como Burgomaestre de la capital, Petro no ha tenido más sino
problemas. Solo a los cinco meses de su mandato emprendió su carrera de
obstáculos en la que empezó a ser juzgado por la falta de calidad en su modelo
de ciudad, tuvo una fuerte crítica de los medios y por si fuera poco tuvo un
problema de comunicación de sus logros. Esto gracias a una ciudadanía que está
sumamente desconfiada por la corrupción del gobierno anterior y escéptica con
una movilidad que no tiene orden, sin tocar el tema de la salud.
Tomado de: http://www.caricaturasxtian.com/2013/07/petro.html |
Sus
elecciones tuvieron como característica el porcentaje más bajo en 20 años de
comicios: 33 por ciento. Desde ese momento el objetivo de Petro fue fortalecer
esas minorías que lo ayudaron a llevar su gobierno izquierdista al Palacio del
Liévano. Desde ese momento tomo varias decisiones que abrieron debates entre
los capitalinos, comenzó su romance con algunos y su odio con otros. Entre
algunas se destacan la renegociación de las tarifas del Transmilenio, el agua
gratis para las personas de bajos estratos, el control de las basuras en
Bogotá, la implementación de energía sostenible en el transporte público y el
anti- taurismo.
Los
cuadros de texto en la historieta de Petro se llenan de sus contradictores y
fieles seguidores que reconocen sus buenas intenciones en su Plan de
Desarrollo. Ese plan que planteó la eliminación de la segregación social, el
enfrentamiento de los efectos del cambio climático y la defensa de lo público
le cerró la boca a más de uno, pero luego se las lleno de cuestionamientos al
no verse desarrolladas en su totalidad.
Bogotá
Humana, logró que los estratos 1 y 2 tuvieran un mínimo vital de agua, bajó la
tasa de mortalidad infantil gracias a la implementación de tecnologías limpias
en el transporte urbano descontaminando el aire en Bogotá y redujo la tasa de
homicidios, pero en su lado oscuro, pero no ignorado, la mala calidad en el transporte
tildo a este sistema como inhumano, tampoco se vieron realizados los temas
sociales de la jornada única y la construcción de nuevos jardines y colegios,
además claro de la crisis de las basuras entregando el manejo a la empresa de
Aguas de Bogotá, que le costó su ‘destitución’.
Del
villano Petro al parecer se convirtió en un héroe. La decisión del procurador
Alejandro Ordoñez de su destitución despertó en la ciudadanía y en otros
sectores nacionales e internacionales una solidaridad con lo que Petro
representaba. Y es así, en Colombia de héroes se pasan a villanos y de villanos
a supuestos héroes, la historieta se sigue escribiendo, Petro deberá demostrar
su capacidad de cumplimiento en las promesas hechas a los capitalinos, porque
si no la fama de un villano gusta al principio pero luego como en todas las
historias tiene un fin.
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